AULA DE ÍCARO PROYECTIVO

Contrapunto

22 de noviembre de 2022
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La pelota sí se mancha

Sarah Sofía Cortés Flórez - Proyectivo

Diego Maradona es sin duda uno de los mejores futbolistas del mundo entre los siglos XX y XXI, aclamado por muchos, odiado por otros. Maradona sigue siendo tema de conversación casi dos años después de su muerte. El impacto que tuvo en la sociedad argentina traspasó desde el ámbito deportivo hasta el político y cultural. Fue protagonista de uno de los eventos más importantes en el siglo XX donde “la mano de Dios” hizo triunfar a la selección de Argentina contra Inglaterra después de la guerra de las Malvinas. Incluso, es tanta su influencia que, en el 98 surgió la iglesia maradoniana con el propósito de mantener vivo el recuerdo de todos los milagros que realizó Maradona dentro y fuera de la cancha.

A pesar de lo importante que es Maradona para la cultura latinoamericana hoy en día, no podemos desestimar que también fue denunciado de cometer actos reprochables. Entre ellos, el consumo irresponsable de sustancias psicoactivas, violencia intrafamiliar, ataques hacia periodistas y abuso sexual a menores de edad. Estos hechos son de conocimiento público, sin embargo, de alguna forma, la imagen de Maradona se mantiene intacta ¿A qué se debe esto? ¿A qué nivel el fanatismo puede afectar nuestro juicio? y más importante, ¿Deberíamos dejar de lado los errores cometidos y enfocarnos en el impacto que desató en la sociedad?

Para explicar todo lo que representa Maradona para la sociedad argentina, es necesario explicar la importancia que tiene el fútbol en ese país. Con el paso del tiempo ha adquirido un carácter nacionalista donde se logra reflejar la identidad gaucha ya que los jugadores eran una representación de las clases sociales y los valores de cada una de ellas. El fútbol es capaz de ser una canal de catarsis donde los argentinos pueden desvincularse de sus preocupaciones políticas y sociales y, desnudar sus almas para demostrar lo que verdaderamente son.

Es por eso que un futbolista tan talentoso como Diego Maradona acabaría adquiriendo el estatus de un “dios” debido a su influencia en aspectos sociales y culturales de Argentina, pues él sería la voz de toda la comunidad villera y el fútbol criollo representando los valores del ascenso y la motivación. Fue tan trascendente la imagen que construyó que hizo que la sociedad argentina llegara a justificar sus actos ilícitos como acciones de sabotaje hacía él.

Maradona solía decir “la pelota no se mancha”. Para aceptar la responsabilidad de sus actos y a su vez pedirle a la sociedad que hicieran una separación entre su persona y el futbolista que era. Sin embargo, no podemos tapar el sol con un dedo y ver esos aspectos como casos aislados, ya que a pesar de todo el impactó que generó en una nación no es suficiente para quedar exento de responsabilidad y no ser merecedor de asumir las consecuencias de sus actos.

El principal problema de endiosar a un ser humano es que independientemente que tan correctas sean sus acciones, siempre va a cometer errores y si percibimos a esa persona como un dios, lo más posible es que pasemos por alto sus desaciertos y no permitamos cuestionarlo porque según nuestro punto de vista esa persona no comete falla alguna. En el caso de Maradona este fanatismo ciego ha sido capaz de perturbar el juicio de una nación entera. Esto se debe al exceso de empatía, ya que como previamente fue mencionado, los valores que el futbolista representaba eran de una persona que salió adelante a pesar de su situación social.

Bajo la imagen del niño que logró su sueño, se ganó el cariño de la sociedad y así como una madre mira con ojos de amor a su hijo, Argentina quedó incapaz de cuestionar las actitudes de Maradona debido al aprecio que le tenían. Justificando que sus equivocaciones eran producto de la sociedad y aunque esto fuera verdad, esto no lo hace menos culpable.

Maradona no sólo se equivocaba por fuera de la cancha, sino que dentro de ella. La muestra de lo negativo del nacionalismo en el fútbol se demostró en el caso del partido entre Inglaterra y Argentina con el gol de “la mano de Dios” que significó más que un simple gol. Significó demostrar lo que se “debía hacer” con tal de ganar por la patria. Por mucho tiempo, antes de admitir que había pasado por encima de las reglas y de haber tocado el balón con sus manos para realizar el gol, Maradona aseguró que para realizarlo había necesitado de la ayuda de Dios. Que al fin y al cabo, era él mismo. Sin embargo, incluso sabiendo que esa jugada es considerada trampa, sus fanáticos afirman que es uno de los mejores goles de la historia.

Entonces, ya que Maradona es considerado una representación de la sociedad, es apropiado que nos replanteemos cuales son los valores y costumbres que estamos perpetuando. Más importante aún, es necesario tener clara la delgada línea que hay entre la admiración y la adoración ya que así, podemos evitar caer en el exceso de empatía.

Maradona y su legado inmortal

Juliana Joven Ávila – Proyectivo

La década del 70 en Argentina es uno de los períodos más agitados de la historia del país. Se caracterizó por grandes movilizaciones populares, sindicales y estudiantiles, el accionar de diferentes grupos armados de izquierda y de derecha. Probablemente entre los rasgos más destacados de esta época sea el interés por la política.

Maradona es uno de los futbolistas más grandes de la historia, algunos consideran que ha sido el mejor jugador de fútbol del mundo. Tuvo la oportunidad de, a lo largo de su carrera, pertenecer y jugar en distintos equipos de fútbol. También obtuvo muchos logros, solo con la selección de Argentina fue campeón mundial en 1986, subcampeón en 1990 y campeón del Mundial Juvenil en 1979, además de obtener la Copa Artemio Franchi de 1993.

Es una realidad que Maradona a través de su vida cometió bastantes actos cuestionables, criticables y por los que debe, pero principalmente, debió ser criticado y condenado. Sin embargo, por diversas razones no lo fue, sino que, al contrario, fue defendido y justificado a pesar de todo esto. Cuando Maradona murió, fue el tema del momento y por un largo tiempo. La muerte de un grande, pero de igual forma y en contraste muchas personas salieron a criticar a la figura de quien fue Maradona. Drogas, machismo, acoso sexual, autodestrucción, violencia, no solo fue criticado él sino a una sociedad argentina donde la religión era el fútbol y Maradona su dios. Fue criticado todo aquel que permitiera endiosar a una persona con tantas cosas reprochables. Argentina estaba congelada por su muerte y las redes sociales explotadas en un “debate” entre quienes defendieron a Maradona y quienes no. Surge la pregunta de ¿Qué era Maradona? y por lo tanto desde dónde se podía defender ¿Era sólo su fútbol? ¿Se podía separar su fútbol de la persona que era?

Maradona no era un futbolista más y mucho menos era solo un futbolista, se hace imposible defenderlo solo por su fútbol o limitarlo a esto, pues se ignora el gran fenómeno social que fue. Se debe tener en cuenta a la hora de hablar de Maradona de todo lo que representaba, no sólo para el fútbol en general sino para Argentina y por lo tanto, para muchas personas.

Cuando Maradona comenzó en el fútbol era muy joven y desde esa época prometía llegar muy lejos. Al empezar a escalar, ganó reconocimiento. Con lo que respecta a Argentina, fue de las primeras personas y futbolistas reconocido como una celebridad, era admirado y tenía muchas personas detrás de él, ganaba mucho dinero, además era famoso, adquirió un poder que poco se tenía. Pero él no llegó a ser celebridad por sí solo, las personas lo hicieron famoso y que por tanto tiempo, incluso aún después de su muerte, sea tan admirado, es un reflejo de nuestra sociedad, de nuestros valores.

Su figura y su vida es extraordinaria de ver, la pasión que sienten las personas hacia él, todo lo que se le permitió y no se le permitiría a alguien más en la actualidad o no a esa magnitud. Maradona y el fenómeno de Maradona va más allá de los límites, más allá de los límites que actualmente se permitirían, representa la disonancia que hay en nuestra sociedad entre lo ético, la pasión y el fanatismo. Cómo se admira y a la vez se castiga a una persona que se convirtió en dios y representa todo lo que está mal con nuestra sociedad, pero a la vez todo lo que está bien.

La unión por medio del deporte, lo que es ser hincha y para los argentinos, lo que es sentir a su patria por medio del triunfo de un equipo de fútbol. El fútbol es un deporte de masas, es un deporte para todos y en ese momento, Maradona se convirtió en la representación de millones de personas, pero no de los más adinerados y con más oportunidades, fue el ejemplo de millones de jóvenes y de personas que venían de donde él venía, de los barrios más pobres de argentina y de personas que pensaban el fútbol como una de las

Maradona vivió en un entorno de desigualdad social, donde se encontraban muchas personas privadas al acceso a educación, al igual que sus familias, lo que también lleva a que haya una distancia de la cultura en términos de que se empieza a ver que lo importante es solo el fútbol, dejando de lado los valores y la ética. Consecutivamente a esto y al éxito de Maradona, los medios de comunicación también comenzaron a endiosar y así a apoyar estos valores, además de alentarlo más y más debido al reconocimiento que estaba teniendo en el mundo, un jugador de fútbol latinoamericano, con un equipo de Latinoamérica ganando contra los mejores equipos de fútbol. Ya no solo era un ejemplo argentino, sino una representación de lo latino contra lo europeo. Por todo esto, debido a las raíces de Maradona y el contexto sociopolítico de la Argentina de los 70s, aparece también la figura política, una época donde pocos futbolistas tenían la fama que ya había adquirido Maradona. Él no solo era fútbol, era sus ideales políticos, sus ideas socialistas y revolucionarias, a favor de los menos favorecidos y en contra de las clases altas.

Es evidente que el interés por este deporte sigue estando muy presente a nivel mundial, en muchos países de Latinoamérica cuando estaba más alto el boom del fútbol se veía este deporte como la forma de alcanzar el éxito, como lo fue para Maradona. El fútbol en Argentina es una forma de ver la historia socioeconómica y política del país, por lo que representa una parte muy importante de la cultura del país. Junto a esta importancia cultural se le suma la pasión con la que se vive el fútbol en este país, mundialmente el fútbol es para muchas personas un arte y ver jugar a Maradona era como observar una de las mejores obras jamás hechas.

Es importante entender que, a pesar de que es innegable todas las razones por las cuales se puede criticar a Maradona, es más importante cuestionar en primer lugar como se le permitió llegar a tal grado de fama a una persona como él. Sin

¿Cómo se puede ser extremista entre lo que está bien y mal si es un caso que ha sido relativizado? ¿Cómo se juzga a Maradona viendo todo lo que provocó? A los dioses no se les juzga así que, ¿de qué forma se puede juzgar a una persona que igualaron al nivel de un dios en vida y después de su muerte?