CICLO CONCEPTUAL

Una serie de eventos desafortunados (Final alternativo)

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Compartimos con ustedes este cuento creado por Violeta Daza del ciclo Conceptual. Se trata de un final alternativo que creó para el primer libro de Una serie de eventos desafortunados para el Aula de literatura.

Por: Violeta Daza - Conceptual

En la fría y oscura habitación, Sunny, Klaus y Violet lloriqueaban, pataleaban y se revolcaban, pensando en la actuación de aquella noche, en la que Violet se iba a casar con el conde Olaf y se iba a convertir en condesa.

Pero de pronto Klaus dijo -Qué les parece si con esta moña para el pelo, todas estas tiras de papel periódico, estas telas, este abrigo, estas barras de metal y esta hacha, hacemos un gancho, lo lanzamos a aquel árbol, y entonces nos quedamos en esa rama gruesa. Violet tú lo desengancharás luego lo tirarás al árbol más cercano a la casa de Justicia Strauss, luego tú Sunny romperás con una mordida el gancho y nos caemos sobre aquel montón de hojas. Y después ya en la casa, buscaremos una solución consultando libros.

-Pero que gran idea –Dijo Violet. ¡Eraswao!, gritó Sunny, lo que probablemente significaba “Estoy total y completamente de acuerdo’’. En el ocaso intentaron llevar a cabo su plan.

-Enhorabuena- dijo Klaus. Nuestro plan ha funcionado, lista Sunny - ¡yup! - dijo Sunny, lo que significaba “si’’. En un abrir y cerrar de ojos los huérfanos Baudeleire estaban sobre un suave colchón de hojas.

- ¡wow!- dijo Klaus, avanzaron 4 cuadras y tocaron el timbre de la casa de Justicia Strauss.

- ¡Baudelairs!- dijo alegremente. – Bienvenidos, pasen. ¿Quieren algo?

– No gracias- dijo cortésmente Violet- venimos a leer.

–¡Oh!- Dijo la jueza Strauss –bueno síganme-. Fueron por un estrecho corredor y llegaron a una gran sala, pero se dieron cuenta de pronto del por qué los había acompañado. Había una gigantesca estatua que tapaba el camino.

La jueza Strauss les mostró la forma de pasar por debajo de ella. Una vez estuvieron acurrucados en los sillones de terciopelo, y Sunny ayudando en el jardín, por primera vez se sintieron como en casa.

De un momento a otro Klaus dijo -¡Eureka! Lo he conseguido, miren lo que dice este libro: ‘’Todo matrimonio es anulado cuando el juez dice las palabras: “Hable ahora o calle para siempre” y alguien dice alguna razón por la cual no deberían unirse en matrimonio”.

-Es perfecto- dijo Violet, si ustedes [Klaus y Sunny} levantan la mano y dicen alguna razón por la que el conde Olaf y yo no nos debamos casar, no nos casaremos.

Ilusionados con aquella idea fueron al jardín, tomaron a Sunny por los brazos, se despidieron de Justicia Strauss y con la cabeza en alto se fueron.

Al llegar a la casa del conde Olaf, los tres huérfanos Baudelair, vieron su sonrisa malévola, caminaron hasta su diminuta habitación esperando que él no descubriera su plan. Después una de las señoritas de cara blanca se acercaron a su habitación y les dijo -aquí tienen la ropa para esta noche- mientras botaban al suelo unos harapos.

Violet tomó algo que parecía un mantel para la mesa de la cocina y suspiró, entonces empezó a vestirse en el pequeño baño. Cuando volvió vio en las caras de sus hermanos tristeza y desesperación. Entonces ella dijo –no se pongan tristes, es mejor no armar revueltas hasta que ocurra el evento de esta noche, si no, pondrán en riesgo nuestro plan.

Para la hora del almuerzo el conde Olaf y sus tenebrosos amigos ya se habían ido. En un santiamén, los Baudelair comieron su diminuta ración de carne que habían preparado y entonces pusieron marcha hacia el teatro.

El conde Olaf al verlos, les dijo –¡Huérfanos!, más vale que no echen a perder la actuación de esta noche, porque o si no, los encerraré con llave en la torre y se quedarán ahí, sin comida por una semana.

Cuando se abrió el telón y apareció el conde Olaf a Violet se le revolcó la panza. Un rato después ella subió al escenario y vio como Justicia Strauss le guiño un ojo, y luego dijo –estamos aquí para celebrar la unión en matrimonio de este hombre y esta mujer, si alguien tiene una razón para que esta pareja no se una en matrimonio, hable ahora o calle para siempre-.

Como habían planeado, en ese instante mismo, Klaus levantó la mano. –Joven- le dijo Justicia Strauss. -Señorita jueza- dijo él, tengo la mejor razón del mundo por la que no se deben casar y es que este hombre en realidad llamado conde Olaf solo quiere la fortuna Baudelair, y por cierto esta joven solo tiene 14 años y él pretende que esta boda sea de verdad.

Entonces la jueza Strauss dijo –¿pero cómo va a ser real si esto es una obra de teatro?-

Fácil, dijo Klaus, los requisitos para casarse en esta comunidad son muy simples, que tengan permiso de su tutor, en este caso es el mismo conde Olaf, segundo que haya un juez presente, como usted; y que ambos firmen con su puño y letra el acta.

La jueza dijo –Esto es ilegal, en primer lugar engañaron a una jueza, en segundo lugar la señorita en cuestión es menor de 18 años y en tercer lugar, este hombre solo quiere dinero, una fortuna que solo se puede utilizar cuando Violet sea mayor-.

En aquel momento el señor Poe se alzó entre el público y comentó –aunque este caballero está ejerciendo in loco parentis, esta fortuna solo la pueden utilizar los Baudelair. ¡Oficiales, procedan!.

¡Espere! bramó el conde Olaf. Este niño está mintiendo.

Lo lamento –dijo la señorita Strauss- estos niños vivirán conmigo y mi esposo, y usted señor se irá a la cárcel. Y así se cumplió el merecido final del malvado conde y la nueva vida de los tres pequeños hermanos Baudelair.




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