La situación del país…

ÍCARO

FAMILIAS IAM

Uno piensa en la situación de país y no sabe ni por dónde empezar.

Porque claro, parece fácil empezar a exponer todo lo que está mal y podemos escribir un libro más largo que El Quijote, pero es bastante más complejo hablar sobre “la situación del país”, más aun en casa, con nuestros hijos. Además, cada colombiano, según su contexto, puede dar una perspectiva diferente sobre las problemáticas que más l@ afectan (o no). Es que hay tantas aristas que se podría convertir en una larga lista de quejas… pero bueno, aunque no me creo un oráculo, aquí les voy a contar cómo hablamos sobre la situación del país en nuestra casa.

Lo primero, para contextualizarlos, en nuestra casa hay un poco de todo: hay una bebé, un preadolescente, un perrito criollo adoptado, una perrita Beagle que vimos nacer y criamos desde el día 1 (hija de uno de nuestros perritos, que ya se volvió uno con el universo), una mamá vegetariana, un papá futbolero, una familia a la que le gusta el rock, pero a la bebé le gusta la salsa, el merengue y todo lo que suene a baile.

Como pueden ver, una familia común y corriente, con gustos, quehaceres y edades diferentes, pero cuando hablamos sobre la situación del país estamos de acuerdo en casi todo. ¿Por qué? Porque en nuestra casa vemos a Colombia desde los ojos de los niños, desde los ojos de un bebé cuando nace en un mundo nuevo y, con solo nacer, espera igualdad de oportunidades, independientemente de su contexto, pues nace en una tierra poderosa, mágica.

Lo voy a explicar un poco más.

En casa creemos que hay tres razones principales por las cuales Colombia lleva viviendo una situación tan compleja durante tantos largos años:

Uno, nuestras diferencias... y no, no me refiero a que todos pensemos diferente, ni a que tengamos diferencias políticas o religiosas. En casa entendemos que Colombia es un país tan biodiverso como pluricultural. Hay tantas etnias, tantas razas, tantos colores, tantas regiones, tantas lenguas, tantos acentos y tanta variedad en todos los sentidos, que hacen que sea un poco difícil equilibrar la balanza para que todos vivamos en condiciones justas y equitativas, sobre todo cuando históricamente, desde por allá a finales de los 1400, con la llegada de “los blancos”, todo cambió. Desde entonces, la prioridad, tanto en Colombia como en toda la región, cambió.

Dos, la educación. En casa también tenemos claro que si cada nuevo niño que nace en Colombia tuviera acceso a las mismas oportunidades de educación, estaríamos hablando de otra historia, todo sería diferente… pero como en toda historia existe un pero, aquí viene el gran pero de Colombia, la razón número tres y la que creemos es la más importante de todas.

Como lo mencioné en la razón uno, Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo, junto con Brasil, México, Ecuador, Perú, Indonesia, Australia y otra decena de naciones. ¡Tan biodiverso es que es MEGADIVERSO! De hecho, ocupa el segundo lugar en biodiversidad del mundo, después de Brasil. Nuestra ubicación geográfica es nuestra gran riqueza, pero a la vez es nuestra maldición, nuestro talón de Aquiles.

Aunque nuestro país no es un gigante como Rusia, China o India, es lo suficientemente grande como para que toda esa biodiversidad se pierda y caiga en manos de unos pocos, que lamentablemente hasta hoy, además, han sido manos equivocadas. Los pocos que por diferentes razones han logrado sacar verdadero provecho de la tierra, desde hace siglos, son quienes hoy en día nos gobiernan. Pero no desde el punto de vista de un campesino que trabaja la tierra y le saca provecho para poner en venta un alimento, sino desde el punto de vista de un mercader que explota la tierra en busca de minerales, únicamente para beneficio propio.

Entonces, la tierra fértil de Colombia, al ser tan biodiversa, no solo está llena de animales y piedras preciosas, también está repleta de plantas, plantas que son “solo plantas”, pero que con la codicia humana y la incesante búsqueda de poder (no solo en Colombia, sino en todo el planeta) han transformado en drogas, y por esa razón nuestro país es también uno de los principales productores de drogas del mundo.

En todos estos aspectos toma relevancia el dominio que tienen unos pocos, “los señores de siempre”, pues ellos tienen acceso a información privilegiada y recursos del Estado que les permiten mantenerse en el poder para el beneficio propio, particular, en detrimento del interés colectivo. Visto desde donde se quiera, es corrupción.

Por ello, los recursos que deberían invertirse en educación y en mantener un sano equilibrio, no centralizado, en un país tan biodiverso y pluricultural, no existen y las diferencias se hacen cada vez mas abismales, provocando en nuestra sociedad, en el pueblo en general, un sentimiento de desesperanza, zozobra, resentimiento, rabia y descontento, que es lo que nos ha llevado a vivir más de 60 años de violencia que a veces parece no tener fin y que ahora, además de todo, está afectando mucho a la naturaleza.

Pero en casa, como no somos oráculos, solo conversamos sobre nuestro país, sobre lo mágica que es esta tierra, sobre cómo nos imaginamos que sería si no se hiciera mal uso de los recursos y sobre lo que creemos, con la esperanza de que algún día las cosas mejoren. Ponemos nuestro granito de arena para construir un mejor país, trabajando y estudiando duro, para ver si así, tal vez, el futuro de los más pequeños, los animales y la naturaleza llega a ser el que se merece el segundo país más megadiverso del mundo: un futuro increíblemente próspero, pero siempre respetuoso con el planeta y con todos los seres vivos que en él convivimos.