El arte de ser padres


“LA PERSEVERANCIA NO ES UN CARRERA LARGA, SON MUCHAS CARRERAS CORTAS, UNA TRAS OTRA”
Walther Elliot
El hecho de que como padres nos formulemos esta pregunta, el hecho de que sintamos la necesidad y tengamos la voluntad de mejorarnos a nosotros mismos para dar lo mejor a nuestros hijos, ya es un gran inicio!
Nadie nos enseña ni nos prepara para ser padres, y en lo personal, considero que es a través de la aventura misma de ser padres que nos vamos forjando en la tarea, para el caso, además de nuestros padres, los más grandes maestros resultan ser nuestros hijos quienes a la vez, se convierten en el reto y la responsabilidad más importante que podemos tener, y de allí es que surge entonces, esa necesidad de ser mejores personas cada día, para ofrecer lo mejor a nuestros hijos.
Debo confesar que en mi caso particular, siempre hago la reflexión de que mis dos hijos son como dos libros en blanco que me han sido entregados para escribir, y esto se convierte en algo tan grande que me conflictúa para vivir un constante proceso de aprendizaje y transformación, pues siento que no puedo escribir cualquier cosa en ellos.
Ahora bien, si partimos de la premisa que es de la esencia del ser humano dar vida y que por instinto y regla general la mayoría de padres amamos, protegemos, cuidamos y estamos unidos a nuestros hijos, también es cierto, que ellos llegan a despertarnos un universo de dudas, de inseguridades, de sentimientos contradictorios que en muchas ocasiones nos desbordan. Desbordan lo que creemos que somos, y nos ponen a escribir no solo en ellos sino en nosotros mismos, y todo esto para en primer lugar SER y luego poder HACER de nuestros hijos los mejores seres humanos del planeta!.
Es en ese camino que llegamos al punto como padres, de sentir la necesidad de reinventarnos, buscarnos y encontrarnos una y otra vez, para sacar la mejor versión de nosotros mismos, en aras de dar lo mejor al momento de forjar nuestras huellas en esta tierra – nuestros hijos!. Así las cosas, he encontrado estas cinco maneras en las que siento podemos replantearnos como padres para ser el mejor ejemplo para nuestros hijos:
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Reconocernos a nosotros mismos como humanos, concienticemonos de que no somos perfectos, que somos personas con sentimientos, sueños y en permanente construcción. A veces está bien no tenerlo todo plenamente planeado, está bien no tenerlo preparado, a veces está bien que todo no salga perfecto, está bien sentirnos impotentes ante circunstancias como padres, está bien llorar, está bien sentirnos enojados o quizás sentir a veces que todo es un caos, sentir en ocasiones que la misión de ser padres es más grande que nosotros mismos. Por qué ser siempre nuestros más duros jueces?, también hay que darnos la palmadita en la espada y decirnos tranquilo lo estas intentando, vas bien! Eso nos va a dar más tranquilidad para fluir en nuestro rol de padres y con calma poder actuar de la mejor forma en cada momento, sobre todo cuando sentimos que perdemos el control.
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Estar abiertos a aprender, entender que por el hecho de ser madre o padre no siempre tengo la razón. En ocasiones resulta difícil poner quizá nuestra mente en blanco y reconocer con humildad ante nuestros hijos que por el hecho de ser los padres no nos sabemos todas las respuestas o no tenemos siempre claras las decisiones a tomar o el camino a seguir perfectamente trazado, podemos cometer errores, no siempre tengo la razón! así que es bueno involucrarlos, mostrarles a ellos, que también estamos aprendiendo y que juntos quizá podamos encontrar una mejor respuesta a las cosas pues somos un equipo “para ser padres necesitamos hijos y los hijos necesitan a los padres”.
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Escuchar a nuestros hijos, conectar con ellos, estar abiertos a conocerlos cada día, tener una buena comunicación con ellos. Si nosotros somos seres cambiantes, si que nuestros hijos lo son más! Cada día están evolucionando, como nosotros decimos “están creciendo”. Por ello, no solo se trata de compartir un mismo espacio, de convivir, en realidad es importante cada día, “parar nuestro mundo un momento”, guardar nuestro celular, detener nuestros compromisos, nuestros problemas, nuestro cansancio, para mirar de frente a nuestros hijos, conectar, concentrarnos en ellos, jugar, abrazarlos, tener una conversación, escuchar lo que tienen para decirnos, disfrutarlos y recibir esos instantes justo cuando nos comparten su mundo, así podremos verlos crecer, guiar ese proceso y tener un efecto positivo en cada una de las etapas de su vida.
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Dejarlos ser y enfocar nuestro rol con ellos en acciones que los lleven a crecer. Si bien es importante guiar su camino, debemos comprender que nuestros hijos no son nuestra propiedad, entender que nuestros hijos no son nosotros. Los padres somos los cuidadores de nuestros hijos y los guías de su vida, por ende nuestros sueños no son los sueños de ellos, debemos entender que nuestros hijos son seres diferentes de nosotros y que nuestro papel debe enfocarse a brindarles herramientas en valores y principios que les permitan discernir y encontrar su propósito, establecer límites y reglas que les permita construirse como personas, ayudarlos a encontrar su fortalezas y debilidades para aceptarse con amor y potenciarse desde su esencia, entendiendo quienes son para encontrar su camino y su propósito de vida.
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Trabajar en nosotros continuamente! Trabajar en nuestro SER! Practicar acciones que nos lleven a SER para poder transmitir ante todo con el ejemplo, lo que queremos que nuestros hijos sean, empezar cada día con nosotros mismos trabajando en ser nuestra mejor versión, para brindarles un ejemplo real y positivo a ellos siempre. Si queremos hijos felices, trabajemos en nuestra felicidad!,si queremos hijos justos, que lo vean en nosotros primero!, así lograremos transmitir a ellos, vivencia real de lo que creemos esencial.
Con agradecimiento, Helen madre de Martín y Thiago!