En busca de la felicidad


En este papel de “padres” y le hablo a quienes tenemos hijos del nuevo milenio, creo que nuestro camino, en principio, se orientó en una dirección, dar felicidad1 a estos pequeños seres que son nuestra responsabilidad por derecho natural, constitucional2 y civil3.
En la experiencia escolar se nos muestran que educar y ser padre tienen subtítulos, algunos que desconocíamos para cuando decidimos asumir este compromiso. En ese momento no éramos conscientes de que el modelo de autoridad asumido representaría el punto de partida del desarrollo evolutivo de ese ser humano. A veces me planteo que tomar la decisión de ser padres debería estar precedido de un entrenamiento intensivo en la crianza de adolescentes y lo digo porque todos nos enfrentamos a lo desconocido cuando nos entregan a un bebé en nuestros brazos, pues es allí cuando nos gradúan como papá o mamá, sin haber cursado un plan de estudios.
Precisamente en esa búsqueda de hacerlo “bien” nos ocupamos de asistir a las escuelas de padres, de leer libros de estimulación temprana, de psicología y de crianza, de hacer redes de apoyo con otros padres y madres, y de tomar en cuenta nuestra propia historia o la de nuestros allegados. No hay manual, pero sí existen ayudas de diversas fuentes, unas más calificadas que otras, que te muestran el cómo sortear los retos de la paternidad.
Construir familia y relaciones en su interior parece obvio, pero hay que ver que no se trata de repetir historias, tampoco de la simple adaptación a la sociedad que nos ha tocado en esta época. Las familias nuclear y extensa como mayoritarias han visto el surgimiento de otras interacciones4 en las que se modificaron las dinámicas familiares y de paso, las de nuestros hijos, de allí que este otro reto de ser hijo en familia monoparental sea un aspecto que se suma al desarrollo del niño y adolescente del nuevo milenio, y por lo menos, en mi caso, mi familia también está integrada por un ser sintiente, según la Ley 1774 de 20165, lo cual implicó cambios de paradigma en la estructura familiar.
Todo este camino recorrido, es solo el relato de una experiencia, no tiene el propósito de señalar que es lo mejor, solo quiero mostrar lo que me ha funcionado para nutrir este rol. En ese camino, en mi experiencia he optado por varios recursos:
LA EDUCACIÓN: Aquí no solo he echado mano de la que se adquiere mediante títulos académicos con acreditación, también está aquella que otorga el hábito de la lectura, la de escribir, la de escuchar y la de conversar con todos aquellos que tienen algo interesante para compartir. Ser padres implica que tengamos la oportunidad de entender que estamos acompañando con amor a un ser en su formación, que debemos procurar por ser activistas en su descentración6 y lograrlo implica darles espacio y autonomía para desarrollarse, distinguir los límites, acompañarlo no sustituirlo, amarlo no maleducarlo, oírlo y escucharlo.
TERAPIA: Con el tiempo te das cuenta de que hay que contemplar con mayor ahínco la posibilidad de que tus miedos sean tratados. Y ello porque todos los seres humanos estamos expuestos a situaciones que nos enfrentan a hechos que nos hacen vulnerables, una de tantas, la muerte. En mi caso, las pérdidas representaron momentos de caos, pero también la oportunidad de ver procesos difíciles convertidos en aprendizaje.
PRESENCIA: Hay que volver la mirada a una vida sin distracciones, la vida moderna parece que hubiese abarrotado la agenda de los seres humanos, no hay espacios libres, todo parece estar calculado hora tras hora. Sin duda, es más fácil de lo que parece des adaptarse del cumulo de actividades, y optar por la sencillez. La conversación consciente y sin distracciones siempre será el canal más expedito para lógralo. Hay otros mecanismos infalibles y a bajo costo, los abrazos, las reuniones en la mesa, el caminar juntos y también, descubrir todo lo que se nos da bien juntos, eso aplica para las diferentes personalidades e intereses, hay que identificarlo.
MODIFICABILIDAD: En un mundo que evoluciona, lo propio es estar receptivos al cambio y flexibilizar pensamientos fijos, nada más eficaz que ser capaz de integrar en tu habilidad personal la identificación de aspectos que puedes mejorar para bien de tu ser y de todos aquellos con los que te rodeas, y cuan mejor, si son tus hijos. La posición de autoridad que tenemos ante ellos nos hace incluso tener un grado de responsabilidad superlativo para atender con prontitud las conductas que restan o dificultan la relación filial.
RECONOCIMIENTO DE UN SER INDEPENDIENTE: En un reconocido poema de Khalil Gibran7, se puede reconocer con una sencillez perfecta y clara que “[…] Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma. […] No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo, no te pertenecen […]” La primera vez que lo leí fue absurdamente aterrador enfrentarme a tan letal realidad. Nadie nos preparó para pensar de este modo y menos cuando lo tienes en brazos y no quieres meditar sobre esa verdad. Hoy, han pasado muchos años desde esa primera separación que enfrenté cuando ya no estaba en mi vientre y he comprendido cada palabra de ese poema. Entender que todo ser humano lleva consigo y es inherente a su naturaleza la necesidad de descentración, la que aparece de repente en la etapa pueril del “yo” reafirmada con los primeros pasos. Esta escena para mí me dejó, en vista de retrovisor, que mi hijo desde allí emprendió su propio viaje.
SER HUMANO: Nos definimos así y algunas veces pasamos por alto, esa “humanidad”. A mi hijo le puedo enseñar muchas cosas, puede entender las ciencias exactas, pero algo esencial, y que trascenderá en su ser, será conservar su sentido de respeto por las personas, los animales, la naturaleza y su entorno. A modo de anécdota, un día cualquier en el desarrollo de mi trabajo necesitaba hacer un apremio desde la responsabilidad y los deberes a una persona privada de la libertad y me encontré con un mandato de extraordinaria calidad en la Constitución Política, pues mucho hablamos de derechos y poco de deberes.
Desde ese día reflexionó en la necesidad de dar a conocer esta norma para que todos contribuyamos desde nuestra condición o rol a una sociedad más justa. Específicamente, cuando converso con mi hijo de este tema, ubico el artículo 95 de la Constitución, y casi como si fuera un poema me emociono y se lo declamo. Los invito a hacer este ejercicio. Así refuerzo un marco de respeto y solidaridad.
NEUTRALIDAD: En las relaciones aprendí a gobernarme de manera objetiva. Esto me ha llevado a ser más pacifica, mis convicciones no se mezclan con mis emociones, o bueno, eso intento, y hago mía una frase que escuché: “una mente preparada es capaz de aceptar algo así no esté de acuerdo” . En lo que puedo instruir a mi hijo sobre este tema, lo hago. Se que no le evitará enfrentarse a situaciones que ha de asumir en algún momento, pero estoy segura de que tendrá las herramientas para sortear espacios de relaciones sanas, identificar cómo se relaciona y qué tanto le produce oxitocina o cortisol una persona, todo esto a sabiendas, además, que su preparación en pensamiento y lógica son garante del equilibrio y ecuanimidad en sus interacciones.
Así, dejo en estas líneas expuesta mi experiencia, y para retomar con el título de este escrito, ahora no busco la felicidad porque encontré la paz y la tranquilidad en mi vida, y ese es el ejemplo para él. En el desarrollo de la relación con mi hijo, le recuerdo que yo le acompaño y le dotó de todas las herramientas a mi alcance para que él construya su vida, se haga responsable de sus decisiones, gobierne sus emociones y valide en cada comportamiento, su actuar íntegro.
¡Padres! A los hijos hay que darles permiso para vivir, no de otra manera serán.
Con aprecio,
Diana Cristina Rodríguez Vargas
Madre de Proyectivo A
Bibliografía
1 La ley 1098 de 2006 “Por la cual se expide el Código de la Infancia y la Adolescencia” prevé en el artículo primero”[…] Este código tiene por finalidad garantizar a los niños, a las niñas y a los adolescentes su pleno y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. Prevalecerá el reconocimiento a la igualdad y la dignidad humana, sin discriminación alguna”
2 Artículos 44 y 45 de la Constitución Política de 1991.
3 Artículos 288 y s.s. sobre la patria potestad.
4 Puede consultarse las sentencias de la Corte Constitucional T-292/16 y T-311-2017; también el criterio de familia multiespecie que ha comenzado a discutirse en el ámbito jurídico colombiano. Ver providencia del 6 de octubre de 2023 del Tribunal Superior de Bogotá.
5 El artículo 1° define “Los animales como seres sintientes no son cosas, recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los humanos, por lo cual en la presente ley se tipifican como punibles algunas conductas relacionadas con el maltrato a los animales, y se establece un procedimiento sancionatorio de carácter policivo y judicial”.
6 Ya lo dice Estapé: “Los niños nacen profundamente dependientes de sus padres. A medida que se hacen mayores, dejarán esa dependencia para ganar en autonomía. La clave, como bien describe Rafael Guerrero, es llegar a ser autónomo siendo antes dependiente. Un niño se convierte en un adulto autónomo si ha sido muy dependiente de sus cuidadores en la infancia. Los padres, al cubrir esas necesidades, van mostrando el camino hacia la autonomía. Parece contradictorio, pero demostrar acercamiento, compañía y afecto a un niño le ayuda a asentar las bases de la seguridad y la autoestima […]” Rojas Estapé, M. (2021) Encuentra tu persona vitamina. España. Ver página 120.
7 Está contenido en su libro EL PROFETA.