Replantearnos como padres: he ahí el problema


Cuando inicié este escrito, creía tener claros mis pensamientos y mis propuestas, pero no sabía por donde comenzar, así que inicié por entender el título. Y encontré el camino, entender la palabra REPLANTEAR “Volver a plantear un problema” y el significado para lo que quería expresar no me inspiró, pues el querer ser un mejor ejemplo para mis hijas no parte de un problema, sino del amor que les tengo y que me inspira para darles cada día mi mejor versión de madre; Así que seguí buscando y encontré “como replantearse? ” y en la respuesta encontré 4 pasos que plantean para este proceso que me organizaron todas mis ideas y que al analizarlos, me di cuenta, de que sin saberlo en los 10 hermosos años que tengo de ser madre de dos princesas y de búsqueda de mi mejor versión, han estado presentes y quizás pueden ser la manera organizada y con sentido para lograr ese planteamiento, así que decidí mostrar mi proceso en este camino que terminará mi con mi ultimo suspiro.
Los cuatro pasos para replantearse aplicados en mi experiencia se vería así:
1. Comienza por tomar consciencia: Comienza por familiarizarte con tu forma de pensar, y reconoce que tienes la habilidad de elegir la manera en la que planteas las situaciones que te suceden.
Aquí aplica mucho algo que desde que lo escuché de la Dra. Mariam Rojas “Comprender es aliviar”. me ha ayudado hablando en términos Meranistas, a aumentar “mi interés por el conocimiento” en las cosas o situaciones que llaman mi atención.
Cuando tomé la decisión de ser madre, sabía que cambiaría mi vida pero no alcancé a dimensionar cuanto, y mientras admiraba la maravilla y milagro de esa nueva vida que dependía totalmente de mi y me familiarizaba en mi nuevo rol, me di cuenta de que no sabía nada acerca de ser mamá y que solo tenía un sueño cumplido con la meta de “amarla, ser su guía, darle siempre lo mejor y ser el mejor ejemplo ”, pero estaba partiendo de algo muy obvio, pues para que ser madre sino es para darle lo mejor en todo sentido. En ese momento reconocí que eso no era suficiente para ejercer tan inmenso reto.
Tomé conciencia, entendí y decidir que así mismo como invertí tiempo y dinero en mi educación profesional, lo haría, y con más pasión en quizás la mayor huella y legado de mi vida. Y así la crianza pasó de ser una meta de perfección a una crianza consciente, respetuosa y con meta pero ya no enfocada en la perfección, sino, en el sentido.
2. Crea Distancia entre tú y tus pensamientos.
Pero en ese camino tan enriquecedor también me fui frustrando mucho pue no lograba encajar con toda la teoría que leía, estudiaba y aplicaba, así que comencé a sentirme culpable, a pensar y sentir que no estaba cumpliendo mi sueño y meta “imposible” de Ser la mejor mama y recordé algo que leí unos años atrás.
Gautama Siddarta BUDA y fue ahí cuando cada cosa que leía o aprendía me demostraba que cuando yo pensaba que estaba enseñándome a ser mejor mamá realmente me estaba enseñando a sanar, a desaprender, a no solo entender a mis hijas sino a mi misma.
3. Elige, acepta o replantea.
A esta altura de entendimiento elegí no ser tan perfecta, reconocer que soy humana también en este propósito, aceptar que me puedo equivocar pero que debo reparar y pedir perdón porque eso no me hace perder autoridad, por el contrario les enseño que se pueden equivocar y que errar o perder también son validos y que ahí es cuando mas vamos a aprender porque como dice el Dr. Enrique Rojas “el éxito esconde lo que el fracaso enseña”, que ante un hecho no vital puedo seder a un límite, que esta bien llorar, frustrarse, pero no retirarse sin dar la batalla. Y replantearme que ya no quiero ser la mamá perfecta con una formula perfecta porque desde ahí ya fracasaría a pesar de tantas lecturas, cursos y talleres, pues necesito mirarlas a cada una de las dos en su individualidad, en lo que cada una necesita, en lo que cada una demande en lo que quiero ayudarle a potencializar de sus sueños, gustos, metas y demás.
4. Reflexionar:
Mi reflexión se enfoca en el concepto de “Ser el mejor ejemplo para mis hijas” que pasa de ser la búsqueda de la perfección a lo que entre la teoría, los estudios y mi instinto quiero que mis hijas encuentren y vean en mi. y para ello recuerdo una frase que escuche “No eduques, Inspiralos”.
Lo que entendí es que ser un mejor ejemplo está lejos de ser perfecta y que al final lo único que quiero es que estén seguras, entiendan y tengan claro, que por mas grave que sea el error, por más de que se caigan mil veces, por más inseguras que se sientan, por mas miedo que tengan, ante una dificultad, los primeros brazos a los que quieran llegar sean los míos, porque están seguras y ven que soy humana, que también me equivoca pero pido perdón y digo OOPS, (otra oportunidad para saber hacerlo mejor) , que también me siento insegura pero escucho mis diálogos internos de yo puedo con esto, que siento miedo pero recuerda que di lo mejor y me esforcé, que mi amor está por encima de todo, que las amo por el solo hecho de existir y sobre todo que la violencia jamás será una opción para educar en esta familia.
Y en todo este proceso lo primero que debí entender fue “Quien soy yo” para ser firme ante estímulos externos y de la sociedad para actuar a favor de mis sentimientos y convicciones. Definiendo los valores que me motivan y guían para precisar mis limites, mis comportamientos, las acciones en mi vida y así reencontrarme con mi mayor propósito, Ser Mamá.