Daniela
Bolaños Méndez
22 de noviembre de 2022
Escribir estas palabras me hace sentir nostalgia y felicidad porque representan tal vez el cierre de la etapa más larga y significativa en mi vida. Crecí, aprendí y viví muchas experiencias que quisiera siempre recordar y atesorar en mi corazón: los días del afecto, los días deportivos, los días meranistas, cada día feliz.
Aunque los momentos tristes también hicieron parte de esta experiencia, no se comparan con las hermosas personas que conocí y los vínculos que formé. Siento que voy a extrañar esa seguridad, amor y confianza que me da el Merani, pero sobre todo a las personas que hacen parte de él porque son quienes me hacen despertar mi parte más linda y tierna. Siempre estaré agradecida con todos los profesores, administrativos y las monis porque me hacen sentir amada y parte de una familia que seguirá ahí para mí, aunque el próximo año no vaya a estar.
El Merani fue el lugar donde aprendí a llegar con una sonrisa en la cara cada mañana, a bailar en cada esquina sin pena y también a sentirme con la confianza suficiente de mostrar quien soy con libertad. Por otro lado, la huella más importante que dejaré en aquellos que me recuerden será mi actitud y amor por los demás, quiero que la mayoría me recuerde por eso y mucho más.
Considero que el colegio me ayudó a ser quien soy hoy en día, me dio las herramientas para sentirme capaz de dar el siguiente paso. Aunque tenga miedo e incertidumbre voy a dar lo mejor de mí y con valentía seguiré adelante. Voy a enfrentar lo que siga con paz, risas y siendo siempre positiva, pero sobre todo siempre siendo mi mejor versión.
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Jorge Andrés Buitrago Higuera
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