Cuando recién entré al colegio, a los 8 años, nunca pensé que encontraría aquí un segundo hogar, mi lugar seguro. Pero casi 9 años después de haber entrado y de sentir una gran inseguridad por todos los cambios que estaban ocurriendo en mi vida, me siento muy agradecida de todo lo que he podido construir en este hermoso lugar.
Agradezco todos los días a la vida por dejarme conocer tantos amigos, profesores y monitoras, que me han enseñado muchísimo de la vida y, más importante, me han permitido saber cómo ser la mejor persona que podría ser. Este año, que por alguna razón de mi vida decidí intentar ser un poco menos tímida de lo usual y abrirme a las personas, he podido conocer a personas maravillosas que me han hecho sentir apoyada, escuchada y querida. En verdad, les agradezco muchísimo a todos por hacerme sentir tan bien, sé que por las personas tan bonitas que he conocido en el colegio es que estoy donde estoy. Estoy segura de que en ningún otro lugar del mundo encontraré personas y espacios en los que pueda expresar tanto mi cariño y ser yo misma como aquí, pues aunque es un lugar lleno de retos y obstáculos, también es un lugar lleno de calma, amor y muchísima tolerancia.
A pesar de que en muchas ocasiones he tenido muchísimas crisis estando en el colegio, por problemas personales, académicos o con amigos, muy pocas veces he sentido que no quiero ir al colegio, porque es un lugar en el que me siento bien, por más de que mi vida esté hecha un caos. Sé que siempre puedo contar con Henry, Nicolás, Uldarico o uno de mis maravillosos amigos, o simplemente sé que puedo huir al jardín del recuerdo o al “hueco” (mis lugares favoritos del colegio). Tengo la certeza de que en el colegio siempre encontraré una forma de sentirme tranquila como en ningún otro lugar del mundo.
Por más de que en muchas ocasiones me han dado ganas de tirar la toalla, rendirme ante la exigencia del colegio o simplemente no he querido seguir aquí, nunca me arrepentiré de esforzarme todos los días para ir y disfrutar lo que más pueda (y tener una asistencia excelente hasta último momento), pues siempre amaré al colegio por la felicidad que me ha dado por tantos años.
Aunque este año ha sido demasiado difícil para mí por todos los cambios y vueltas que ha habido en mi vida, sé que estoy muy preparada para dar el paso gigantesco fuera del colegio, a pesar de que duela muchísimo, pues sé que la mayor parte de mi vida me he estado preparando para este momento.
Siempre recordaré al Instituto Alberto Merani como el lugar que me permitió ser como el color amarillo.
Muchas gracias por todo.
Artículo Anterior

María Isabela Bedoya García
22 de noviembre de 2022
Proyectivo C
Artículo siguiente

Laura Nicole Arias Montaño
22 de noviembre de 2022
Proyectivo C