Juan Esteban
Pineros
30 de noviembre de 2023
Unless I am myself, I am nobody.
Virginia Woolf
Una amalgama de recuerdos recorre cada rincón de la aurora de mi memoria, tratando de encontrar las palabras exactas para describir mi paso por el Merani. No creo tener la certeza para decir a donde se fue el tiempo; lo único que puedo asegurar es que, para mí, el tiempo ha pasado volando y hoy me encuentro aquí, en el umbral de un nuevo capítulo de mi vida. En mi paso por el Instituto he podido recolectar una serie de enseñanzas e ideas que quiero compartir con ustedes en este texto.
Muchas veces en la vida del estudiante común, caemos en la entropía que pueden traer las responsabilidades del colegio, quedamos atrapados en la rutina de estudiar constantemente y hacer trabajos, ya que estas son nuestras responsabilidades. Pero también es importante buscar algo etéreo en esta realidad estudiantil en la que nos sumergimos poco a poco. En mi caso, y también mi consejo para ustedes, es que su “Latibule” en este mundo estudiantil sean sus amigos.
Aunque ya distantes, mediante la ventana de mis recuerdos aún puedo ver los días en los que un pequeño grupo de amigos de Exploratorio comían sus almuerzos en una pequeña mesa verde mientras hablaban de videojuegos, series y otros temas banales, pensando que, sin importar el tiempo, iban a ser amigos hasta el final. Los tiempos ya han cambiado, y con ellos, las amistades. Realmente, tus amigos verdaderos no son solamente aquellos con los que compartas más gustos y habilidades, como yo pensaba al inicio, sino aquellos que te transmiten ese sentimiento perenne de confianza, apoyo, amor y lealtad. Porque, aunque pasen los años, estas amistades serán sempiternas únicamente por el vigor de los recuerdos construidos. Por eso mi siguiente consejo es “rodéate de las personas que te quieran de la manera que eres, que puedan ver tu potencial y ayudarte a alcanzarlo, no de las personas que te quieren volver algo que no eres”.
A lo largo de mi travesía por el colegio he enfrentado todo tipo de desafíos posibles, he superado noches en vela, chismes, malas notas e incluso, una pandemia. Y es que los problemas van a estar presentes en todo momento. Por eso, mi siguiente consejo lo quiero resumir con una palabra: “Nankurunaisa”. Y es que es clave aprender a no te preocuparse por los tiempos difíciles, ya que, eventualmente, todas las cosas encajan. Hasta entonces, ríete de la confusión, vive los momentos y aprende que todo pasa por una razón. Y es que, a la larga, no merece la pena llorar por las cosas que no podemos cambiar.

Ahora estoy en el alba de una nueva etapa de mi vida. Es imposible no mirar para atrás con nostalgia y melancolía, pero, al mismo tiempo, veo y entiendo que a medida que avanzamos hacia nuevos horizontes, recordamos nuestras raíces y vemos los momentos que nos han definido. Puedo ver con mucho amor recuerdos valiosos como los que compartí con mis amigas en un castillo de México; veo esas conversaciones de medianoche en WhatsApp; esas noches de jugar videojuegos con mis amigos o esas increíbles charlas en la silla.
Las despedidas no son simples, son una mezcla de muchas emociones. En mi caso, quiero decir adiós dejando dos fragmentos de canciones de mi artista y compositora favorita que siento que sintetizan mis pensamientos en estos momentos; “I gotta go now I know, I know, I know” “I know it's for the better”. (¿Nombre de la autora?)
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