Juan José
Rincón
30 de noviembre de 2023
Llegó el momento esperado y temido, el día de despedirme del colegio. Dejar atrás lo conocido es duro, sobre todo a las personas que me han acompañado en este camino. ¿Estoy preparado para decir adiós? Durante todo este año, esa pregunta ha sido mi compañera constante. Para responderla, he reflexionado sobre los momentos vividos en la escuela, buenos y malos, pues la vida no es color de rosa, como diría Iván.
Al analizarlo, me he dado cuenta de que, sin esos momentos y personas, no sería la persona que soy. No sería el amigo alegre que busca la felicidad de los demás, el estudiante que superó sus miedos y se convirtió en el personero del colegio. Debo mucho al colegio, todos intentaron sacar lo mejor de mí, vieron cualidades que yo no veía. Respondo con un rotundo "sí, estoy preparado". Aunque sea difícil y aterrador, no estoy solo, tengo un colectivo detrás de mí. Debo seguir adelante para honrarlos y enorgullecerme a mí mismo. El Juan José que ingresó al colegio estaría feliz de ver que nunca dejé de luchar por ser mejor.
En Exploratorio, recuerdo con cariño el día que anoté cinco goles en un partido del torneo intercursos, volviéndome famoso en el ciclo escolar. También el día que vi la felicidad en el rostro de María X. al exponer la vida de mi papá en una presentación sobre valores. Y conocer a mis mejores amigos: Flórez, Christian, Jaime, Poveda y Sarah, a quienes siempre agradeceré por hacerme feliz dentro y fuera del colegio.
En Conceptual, las lágrimas han sido parte de mi experiencia. Lloré de felicidad al ver a Colombia anotar el segundo gol contra Costa de Marfil en el Mundial. También lloré de tristeza al ver a mi hermana Juliana, la mejor abogada, graduarse y temer por el futuro sin ella, mi espacio seguro. Gracias a Dios, mi hermano Juan Pablo, el mejor político, llegó al Merani, siendo el mejor acompañante que tuve dentro del colegio.
En Contextual, las finales de fútbol, el 3-2 ganándole a personas que nos llevaban 3 ó 4 años, y el 1-0 con el que disfruté eufóricamente. El otro momento importante fue empezar a soltarme más con las personas y conocer a personas que amo con todo el corazón, de las que me estaba perdiendo por ser cerrado, Vale, Niño y Cami, que me hicieron y me hacen ser feliz a diario por ser un apoyo incondicional en mi vida; también por ayudarme a crecer como persona siendo las personas más importantes para ser quien soy hoy en día.

En Proyectivo, todas las personas con las que hablé me hicieron sentir que dejaba una huella en el colegio. Conversar y sacar sonrisas me hace sentir más que bien. Además, ser campeones en todos los torneos en mi último año me llena de orgullo por tener un curso tan maravilloso.
Agradezco a Ricardo, Luisa, Moya, Henry, Cediel, Ximena, Meli, Ulda, Iván, Lelito, Neil, Angela, Adrián, Oscar, Gerardo, Sergio, Gabriela, María X., mis monis favoritas y funcionarios. Gracias por confiar en mí y por no dudar de mi potencial.
Por último, a las personas que más amo en este mundo, y que han tenido soportar todo este camino, mis papás. A ustedes les debo todo. De verdad que no hay mejores padres que ustedes, ya que son los que más se esfuerzan en darme la mejor vida que pueda tener, y que, a pesar de todos lo que los he hecho sufrir por ser terco siempre, han estado dándome la mano para salir adelante. En serio que soy bendecido de tenerlos, voy a hacer que se sientan orgullosos.
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Carolina Rodríguez Guerrero
30 de noviembre de 2023
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Luis Felipe Reyes
30 de noviembre de 2023
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