Ícaro Memorias 2023 Proyectivo C

Juanita
Ramírez Olarte

Juanita Ramírez Olarte
30 de noviembre de 2023
Foto: Sebastián Zamudio


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“Lecciones desde el Mar”

En el océano miro alrededor. Todos están nadando. Debo nadar. No funcionaré si no estoy nadando, si no pataleo me hundiré hasta que no pueda ver la luz desde el fondo. De vez en cuando finjo patalear mientras juego con el agua; a veces veo a los demás moverse con tranquilidad y sus rostros serenos me dan una amarga envidia. Me distraigo de mis propios movimientos. La peor sensación es cuando parece que simplemente estoy arrastrando a todos por los pies, hundiéndolos conmigo. Hay personas que son como salvavidas y hay acciones que puedo tomar como flotadores, pero la mayoría del tiempo soy yo, pataleando, hasta que no veo a nadie más. Y ahora, más que nunca, el mar es grande y aterrador. Me estoy ahogando antes de darme cuenta, el agua se filtra porcada rincón y ni siquiera he llegado a la parte más profunda. ¿Por qué estoy tan sola de repente? Entonces, en un momento de claridad, extiendo los brazos y piernas, decidida a dejarme llevar por la corriente. Finalmente, estoy flotando.

Aprendí, más tarde de lo que me gustaría, que no es necesario producir todo el tiempo, esforzarse todo el tiempo y luchar por llegar a la superficie. A veces la procrastinación es un indicio de que necesitas saber cuándo tomarte un momento para ti mismo, quizá flotar lleve más hacia la superficie que todo el movimiento desesperado, y cuando las extremidades no estén resentidas por el esfuerzo y el ardor en el pecho se haya ido, la primera bocanada de aire se sentirá más fresca que nunca. El mar no es simplemente aterrador, puede ser muy hermoso; y en vez de miedo su amplitud provoca curiosidad y emoción. Estaba ciega ante el hecho de que cada quien nada a su propio ritmo. El mar es tan grande que siempre habrá alguien nadando más rápido que tú; eso no es malo, no es una competencia. Eres bueno en otras cosas, quizá eres mejor buceando que dando brazadas, quizá, en vez de nadar, seas bueno volando o caminando. El mar es inmenso, imagínalo completo, hay tanto lugar, que siempre existe uno para ti. El día de hoy estoy feliz de decir que ya no me ahogo todo el tiempo, que se volvió mucho más fácil ver que hay más gente en el mar, muchos de ellos luchando tanto o más que yo, cada quien peleando sus propias batallas con las olas de la vida. Hay más salvavidas de lo que pensaba, solo necesito pedir ayuda. No creo que deje de tener miedo, pero ahora no es solo el terror de un marino perdido, sino, también, el sentimiento de aventura de un explorador. Nunca respiraré bajo el agua, pero entiendo que puedo relajarme, hay gente a mi alrededor que puede ayudarme y cosas buenas que buscar entre lo desesperanzador.

Un agradecimiento a los nadadores que me enseñaron que el mar puede ser divertido, a los salvavidas que me rescataron en mis momentos más oscuros y a las aguas que me vieron crecer. ¡Gracias de todo corazón, Cata, Michi y Anita! ¡A todos los compañeros de curso que compartieron conmigo los peores maremotos y los mejores climas tropicales! A mis queridos profesores quienes me enseñaron a navegar por el vasto océano de la vida. Por último, pero no menos importante, a mi familia, quienes siempre han estado a mi lado.



Portada

Voy hacia nuevos mares, guardando en mi corazón recuerdos angustiosos, conmovedores y dichosos. Espero que nos encontremos allá y, si necesitan compañía, usen su bengala, llegaré en un segundo ¡Les deseo a todos un viaje maravilloso!... ¡Buen viento, buena mar!




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