Daniela
Pinillos Vera

Hace trece años, unos pies pequeños entraron al Merani, caminaban ansiosos, recorrían cada espacio con afán, intentando seguirle el paso a quienes les ganaban en tamaño. Hace trece años, un par de ojos curiosos miraron por primera vez los ladrillos y los árboles que llenaban el colegio, observaron aquellos rostros que los acompañarían en el camino. Hace trece años, llegaron unas manitas que temblaban, que exploraban y conocían y que se abrazaban con otras que buscaban brindarles ayuda.

Trece años después, salen del Merani unos pies más seguros, andando a paso firme, vuelven a recorrer todos los rincones, pero esta vez con nostalgia y amor, van al lado de quienes les enseñaron el camino, y ahora es su momento de seguir. Trece años después, el mismo par de ojos salen aún curiosos, miran hacia atrás y ven todas las sonrisas que formaron en el colegio en el que estudiaron y, al observar su futuro, ven un mundo lleno de posibilidades y cosas por descubrir. Trece años después, salen unas manos un poco más sabias, más tranquilas, ahora buscan dejar su huella y dar un abrazo de ayuda, así como otros lo hicieron antes con ellas.

Han pasado muchas personas por el mismo lugar que yo, y ahora, al igual que todos ellos, estoy lista para escribir mi propia historia. Agradezco a cada persona que con un corazón bondadoso se cruzó en mi camino, cada monitora, cada profesor, cada administrativo y cada compañero que me ayudó a moldear quien soy, agradezco nuestra historia juntos y cada aprendizaje que me llevo de ellos, pero lo que más agradezco es que para poder verlos no debo mirar hacia atrás, sino a mi lado, ya que no importa qué tanto avance en mi historia, sé que me acompañarán de distintas formas en cada paso que dé, desde un recuerdo, una enseñanza, hasta una mano amiga que me sostendrá en mis caídas. Ahora estoy creciendo y tomando un nuevo rumbo y cada cosa, cada experiencia, cada palabra que marcó mi pasado, crecerá conmigo volviéndose una parte de mí. Solo me queda agradecerle al Merani y recordarme a mí misma que este siempre será mi hogar.