Ícaro Memorias 2024 Proyectivo C

Huayra Ori
Rojas Niño

Huayra Ori Rojas Niño
30 de noviembre de 2024
Foto: Sebastián Zamudio


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Una maratón escolar

Claro está que me encanta el atletismo, más que todo las carreras de resistencia, donde estas corriendo por tres horas, en medio de paisajes maravillosos, solo tú, tu cabeza y tus piernas. Y es así como veo mi proceso por el colegio; como una ultra maratón, de esas que incluso duran días. Lo curioso es que en esta carrera no voy sola, y de hecho no compito con nadie más que con el tiempo. Dependiendo de las carreras puedes tener un lugar de descanso, una barra a los lados, puntos de hidratación e incluso patrocinadores.

Esta carrera de la vida escolar empieza apenas dan salida. En Exploratorio Bij no recuerdo absolutamente nada de mi primer día en el colegio, solo quedó en mi memoria que éramos un grupo lleno de estudiantes nuevos y yo era la más alta, todo era un paisaje de expectativas, la forma del colegio, los compañeros que me rodeaban y sobre todo los profesores. En los primeros años mi forma de relacionarme era mostrando mis habilidades en el taekwondo, llegando al punto de perder tres veces solidaridad y replantearme si debería estar en un lugar como el Merani. Aquí estoy ya escribiendo, si se puede decir, mi último texto escolar.

Así como no encontraba un muelle al cual llegar en mis primeros años, sí encontré pequeños puntos de hidratación en forma de amigos, amigos los cuales pintaban de colores cada día más mi paso por el colegio. Un día me dijeron que fui supranivelada. Recuerdo muy bien a Manuel Nieto llamándome para una reunión con mis papás y luego despedirme de ese curso al que tanto había querido, donde formé amistades que de forma implícita hicieron un poco lo que soy en el Merani.

Recuerdo mucho que me dolía el hecho de salir a vacaciones por la forma en la que extrañaba el colegio y todo lo que este conlleva, y ahora pienso que después del 19 de noviembre de 2024, después de mi último día favorito del Merani, el día deportivo, me voy a tomar unas vacaciones sin regreso. La diferencia ahora es que el sentimiento de extrañar el colegio no será solo por los amigos o las clases en las que me iba bien, es el sentimiento de llegar a la meta de una carrera y haberla disfrutado tanto, por el esfuerzo y la satisfacción de culminar, pero así mismo por saber que una carrera así no se va a repetir. Sin embargo, antes de llegar a esa aterradora pero anhelada meta de graduarme, quiero irme con la gratitud inundándome.

Portada



El tiempo de la competencia pasaba. Tuve que soltar al anterior curso y comenzar nuevamente desde cero. Estaba asustada, pero en esta ocasión sentía ahora el apoyo de lo que es un profesor, no solo de los amigos. La profesora Angie Rojas en ese entonces me dijo que mi gran característica era el ser como una mujer renacentista, y a partir de ahí me lo creí.

Acabar algo siempre es complicado. Por esto solo cerraré agradeciendo a mi mamá por haber confiado en mi paso por el Merani, a todos los profes que me criticaban la mediocridad y creían en Huayra, a Cediel por sus abrazos, a Yesid cuando me dijo que el colegio iba a ver todo lo que hacía, a Leonardo por su democracia… a esas antiguas y nuevas amistades que en medio de estrés, incertidumbre, alegría, siempre han estado dándome aliento para poder llegar a la meta y decir que llegamos juntos, a Isabella por mantenerse durante todos los años en todas las circunstancias, a Alicia y MP por simplemente hacerme crecer, a Irene por ser un rayito de sol y al curso entero por darme un lugar en un espacio tan valioso.




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