Ícaro Memorias 2024 Proyectivo C

Juan Pablo
Rincón Martínez

Juan Pablo Rincón Martínez
30 de noviembre de 2024
Foto: Sebastián Zamudio


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Recuerdo el día que ingresé al Merani. Tenía miedo, pero también estaba eufórico porque sabía que me esperaba un gran reto. Al principio, todo fue extraño. Venía de un colegio tradicional, donde siempre debía mantener una imagen de perfección, pero ni siquiera sabía quién era yo realmente.

Al llegar al Merani, todos los días me encerraba en el baño para llamar a mis padres. Con sus palabras de aliento, me brindaban paz en momentos de incertidumbre. En los descansos, buscaba a mi ángel guardián en la escuela: mi hermano Juan José. Con su característica paciencia me acogió en su grupo de amigos y pronto también me fui integrando con mis compañeros. Fue impresionante ver cómo me recibieron, siendo yo un desconocido. Ahí vi un preludio de lo que representa la comunidad del Merani.

Con el tiempo, entendí que el colegio no era solo para sacar buenas notas, sino para formar amistades profundas. En mi colegio anterior, odiaba los domingos porque me tocaba volver a un lugar donde no me sentía cómodo. El Merani cambió todo eso, me ayudó a conocerme a mí mismo y a entender que hacerse preguntas es esencial para encontrar mis propios horizontes.

Hubo un tiempo en el que pensé en irme del colegio. Me sentía incómodo y había conflictos que me llevaron a cuestionarlo todo. Pero en el Merani me enseñaron que los conflictos no son malos, sino oportunidades de aprendizaje. Decidí quedarme y fue una de las mejores decisiones de mi vida. Me di cuenta de que el problema no era el colegio, sino mi incapacidad para escuchar a los demás. Me desesperaba cuando alguien me contradecía, pero aprendí a tomar responsabilidad. Ahora, a punto de graduarme, veo lo mucho que amo esta institución. Por eso siempre quise servir en el gobierno escolar, primero como cabildante en 2023 y luego como personero en 2024. Al principio, lo admito, quería ser personero solo para seguir los pasos de mi hermana Juliana y mi hermano Juan José, quienes también lo fueron. Pero al final entendí que no podía lanzarme por ese motivo superficial, sino porque realmente quería hacer algo por la comunidad.

Portada



Quiero agradecer profundamente a mi hermano Juan José, quien ha sido un pilar fundamental, aunque no siempre se lo digo. Cuando se graduó, tuve miedo de cómo sería sin él a mi lado, pero me dejó suficientes herramientas para desenvolverme. Eso sí, aunque me hayas guiado en tantas cosas, nunca olvides que en 2023 te gané la final de fútbol con un gol mío. Tampoco puedo olvidar a mi hermana Juliana, quien, aunque no coincidimos en el colegio, siempre fue un ejemplo para mí con los comentarios positivos que escuchaba sobre ella.

Gracias también a mis padres, que me han apoyado durante todo este proceso, y a mis amigos, que siempre han estado ahí para mí, incluso cuando he sido algo cansón. Por último, un agradecimiento especial a mis profesores, que nunca han dudado de mi potencial y me han ayudado a trazar mi camino. Estoy seguro de que algún día regresaré al Merani y podré decirles que, gracias a ellos, soy congresista, alcalde o, ¿por qué no?, el presidente de Colombia.

Muchas gracias a todos.




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