Juliana
Gil Tovar
30 de noviembre de 2024
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
Gabriel García Márquez
Decir adiós al lugar que me acogió durante tantos años no es fácil. Más allá de los logros, los retos y las noches sin dormir, el Merani fue el espacio donde cultivé algunos de mis recuerdos más valiosos. Aprendí que llegar hasta aquí implica más que estudiar; implica crecer, reír, y, sobre todo, formar lazos que trascienden.
Aunque me voy con miedo de emprender un nuevo camino, me llevo conmigo el recuerdo de cada persona que dejó su huella en mi vida, contribuyendo a la persona que soy hoy y a la que seré mañana. Y por más que el futuro sea incierto, no temo equivocarme, porque sé que, si eso pasa, siempre habrá alguien dispuesto a tenderme la mano y ayudarme a levantarme.
Quiero dar gracias. Gracias, Iván Escobar, por todos los buenos momentos, y por inspirarme a aprender acerca de lo que hay detrás de la ciencia. Gracias, profe Cediel, por siempre hacerme reír y por dar los abrazos más cálidos. Gracias, profe Luisa, por mostrarme tu cariño y tu inagotable disposición para escuchar. Gracias, Laura, por demostrar en cada clase que lo más importante en la educación y la ciencia es la sensibilidad. A todos los demás profesores que en algún momento fueron parte de mi trayecto en este colegio, también les debo las gracias, pues por cada enseñanza que me dejaron entendí que en un lugar como el Merani no te enseñan a ser un buen estudiante, te enseñan a ser persona.
También quiero agradecer a Horacio, Pablito, Alex, a las monis y a cada persona que, con una sonrisa y disposición, trabaja para hacer del Merani un lugar tan especial. Su amabilidad siempre hizo la diferencia.
A mi familia, que con su apoyo y amor incondicional me han demostrado que soy increíblemente afortunada por tenerlos a mi lado. Gracias por confiar en mí y permitirme recorrer este camino.
Por último, a mis amigos. No encuentro suficientes palabras para expresar el cariño que les tengo. Gracias por la escucha, las risas, las fotos y los abrazos, por cada momento y por cada recuerdo. De cada uno aprendí a valorar la belleza de la diversidad, de encontrar en cada persona, algo único que apreciar. Espero haber sido para ustedes todo aquello que ustedes fueron y seguirán siendo para mí. Me llevo amistades que espero duren para siempre y guardo en mi corazón aquellas que quizás ya no están, pero que sin duda me ayudaron a crecer. De las experiencias que viví, me queda la certeza de que en el Merani hay gente increíble.
Y a Proyectivo C solo puedo decirles que les deseo lo mejor, a cada uno de ustedes. Aunque no haya tenido la oportunidad de hablar con todos, sé que son personas perfectamente capaces de lograr aquello que se propongan y que, como les dije en la excursión, estoy segura de que dejarán huella en la vida de muchos, tal como lo hicieron en la mía. Las excursiones, junto con cada risa, palabra, mirada y cada lágrima compartida, han sembrado en mi corazón semillas de recuerdos y esperanza. Los quiero muchísimo y a donde vaya siempre llevaré un pedacito de cada uno conmigo.
Gracias.
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30 de noviembre de 2024
Proyectivo C

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