El arte de mirar

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OPINIÓN IAM


Los sentidos son el umbral a traves del cual accedemos a la realidad que nos contiene, gracias a ellos percibimos el mundo, el contexto y a los otros con quienes interactuamos. Por los sentidos seleccionamos aquello que atrae nuestro interés, de allí la importancia de detenernos un momento en reflexionar sobre su importancia.

Entre todos los sentidos, hablaré del mirar, de los ojos que atrapan en la retina las imágenes que son de nuestro interés, por ello, la mirada es un indicador de que aquello en lo cual posamos nuestra atención, nos importa, síntomas básicos de que aquello que despierta nuestro interés, es observado. La realidad social en la cual estamos inmersos, exalta la injusticia o una acción que favorezca su desarrollo, o la belleza natural como un amanecer en el mar, un paisaje, un arcoíris, evidencian su importancia cuando posamos la mirada en ellos, es la mirada entonces la que privilegia una cosa sobre otra. Enfocar una situación determinada, permite que la resaltemos y podamos atenderla de manera intencionada, por ello la importancia de aprender a mirar.

En el arte, la mirada cumple un papel trascendente, gracias a ella, apreciamos el detalle del signo que narra, la belleza es atrapada por la retina que observa como una red que sigue el gesto, la mirada da vida a lo mirado o la quita con su ausencia, atribuye valor y exalta la importancia de la intención que contiene el/lo otro al ser mirado; mirar es valorar, vivifica el encuentro con aquello que vale la pena ser mirado.

Mirar una obra de arte, es entrar en comunicación con el artista a traves de ella, para ello el apreciador debe contar con alfabetización estética para reconocer los conceptos del lenguaje estético y disfrutar de la experiencia artística, así como un astrónomo que mira al cielo, y sabe qué mirar en el infinito de estrellas, astros, cometas, nebulosas, asteroides, constelaciones, lo cual le permite encontrar y clasificar lo que es valioso para su estudio; saber qué ver, permite al espectador leer los conceptos que hacen parte del lenguaje propio de la obra de arte, con lo cual es posible que deguste los conceptos puestos en juego a traves de la creación estética.

Mirar o ser mirado potencia la comunicación y nutre la interacción, por lo contrario, sin la mirada, sin la intención del gesto de la mirada sobre el otro, sería como habitar un mundo de ciegos incapaces de ver, de jerarquizar, lo cual dejaría en el mismo nivel todas las cosas, sin discriminar nada y la materia no se diferencia una de otra, toda quedaría en la misma categoría, así que sólo a traves de la mirada es posible clasificar lo que se ve; esto puede ejemplificarse al reconocer que no es lo mismo mirar una partícula de oro que una de basura, la mirada y el gesto que la acompañan, habla del efecto que el objeto mirado tiene en quien lo ve.

En ese orden de ideas, no es lo mismo mirar lo que genera interés, lo que despierta ternura (un bebe) o miedo (una serpiente venenosa), pues la reacción expresada a traves del gesto evidencia la relación establecida con lo mirado, tan valioso es su poder, que aquello que nadie ve, no existe; pensemos por un momento en una obra de arte que aún no ha sido vista, o la más hermosa melodía que nadie jamás ha escuchado, no existe.

Solo la mirada permite expresar la relación establecida con las cosas que consideramos importantes; tanto que la escucha, entendida como la capacidad para atender aquello que es preciso para comprender, generalmente está acompañada por la mirada que busca en el gesto del interlocutor, expresiones que fortalecen o debilitan el discurso del emisor. El discurso no es solo verbal, pero eso solo lo podemos comprenderlo cuando miramos con atención.