El basurero del orgullo

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VIDA MERANISTA IAM


Había una vez una niña llamada Lara a la que no le importaba nada la naturaleza porque, como su casa estaba cerca de un bosque, se guardaba la basura de todo el día, la del colegio, de la casa, y de las fiestas, y al final del día, la tiraba toda al bosque. Lara, era una niña de 15 años, era poco consciente de lo que hacía. Como Lara era un poco manipuladora, sus amigas hacían lo que ella decía, y no la contradecían nunca, por ejemplo, si Lara quería cogerle los zapatos a otra chica de su curso, ellas no decían nada porque pensaban que perderían su amistad. Sus padres insistían en que era una buena niña, pero no la conocían de verdad.

Un día, Lara y sus amigas salían de una fiesta y a Lara se le ocurrió hacer una fiesta en su casa, ya que sus papás se iban por dos días. Llego el día de la fiesta, hubo bolsas de palomitas, de papás y botellas de refrescos. Cuando la fiesta se acabó, Lara fue a tirar la basura de la fiesta al bosque. En ese momento vio una mariposa, y, con una bolsa de papás onduladas la intento agarrar, y la siguió y la siguió, hasta que llego al centro del bosque y se quedó boquiabierta: los venados se liberaban de una bolsa de maicitos extra grande, las ardillas estaban quitando una bolsa de gansito y botellas de su cuevita en el árbol, y las aves tropezaban con vasos de plástico, y no veían por todo el humo que había. Lara decidió que no iba a seguir intentando atrapar esa mariposa, y se fue, pero ese momento no se borró de su mente.

Ella soñaba con eso casi todas las noches, sobre cómo el bosque se derrumbaba, o se incendiaba, o que el calentamiento global lo dañaba, o que la basura le quitaba la vida al bosque y pasaba a ser destruido o talado para hacer fábricas o casas de metal; y los árboles le hablaban y la culpaban por la destrucción masiva del bosque, hasta que se levantó. En el colegio ella y sus amigas jugaban cuando, ella sintió que un árbol de su colegio la molestaba, sentía una voz dentro de ella que le pedía que hiciera un cambio en su corazón, y que en vez de dejar los lugares mucho peor de lo que estaban, los dejara mejor, que hiciera el cambio y que dejara de ser manipuladora, y que ayudara a la gente que la necesita en vez de molestarla. Así que Lara tomó una decisión.

Al día siguiente, Lara se disculpó con sus amigas y con las personas que había molestado. En una semana, formó una campaña de reciclaje y recolección de basura, muy pronto, el bosque de la vida quedó aún mejor que antes. También Lara pidió perdón a sus papás por no decirles la verdad, y, cuando Lara les contó lo que había hecho decidieron meterla en los scoouts. Allí ganó la insignia de cuidado a la naturaleza, (que por cierto existe, yo estoy en scoocuts) y así, Lara se volvió botánica cuando grande, y a sus hijos y sus nietos les decía: “este cuento nos motiva a cuidar la naturaleza y a no votar basura en la naturaleza, ni en cualquier otro lado que no sean las canecas, y cuando vemos basura tirada en algún lugar donde no debe estar, intentar recogerlo. Espero que les haya gustado la historia, y que los motive a cuidar la naturaleza”.


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